jueves, 25 de agosto de 2011

Noche de Insomnio.

Son las 5:03 de una madrugada ardiente y sudorosa y no tengo cosa mejor que hacer que estar sentada en un sillón de espinas, con la tele encendida y sin volumen, la mirada perdida en el suelo fresco con varias preguntas en mi mente a la deriva. Me pregunto si duermes o estas en vela como yo, si suspiras como hago por ti o si piensas en mí alguna vez.
Sueño con los ojos abiertos en soltarme el pelo recogido, salir a la calle y bailar tranquilamente al son del viento, volando hacia tu cama de dorsel tapada por velos...
Me veo simplemente sentada a tu lado, mientras descansas. Observo en la oscuridad tus parpados con sus largas pestañas, cerrados, y tus labios jugosos entreabiertos. Alzo mi mano temblorosa hasta tu rostro para acariciarlo, pero no lo hago, no me atrevo, soy cobarde... 
La paso milímetros de tu piel para sentir la suave energía que desprende, para sentirte algo más cerca.
Aparto ese mechon rebelde que escapa de tu coleta y cruza tu rostro.
Te giras con lentitud con un suave gemido y susurras algo inteligible, sin dejar de dormir, me sonries, mientras que una lágrima escapa de mí, al darme cuenta de que sólo es un sueño. Lo peor es que con esa visión en mi cabeza me acurruco a tu lado sobre la sábana y ahí me duermo susurrando mil veces Te Quiero.