miércoles, 8 de febrero de 2012

Revoltoso


Suculento rostro de niño
Tachado por la madurez,
De carnosos labios rosados
Nunca inmóviles, siempre tiernos.

Invaden mi alma tus ojos
Despiertos y castaños,
Con esas lascivas miradas
Preparadas para arrancar un suspiro.

Con tu grave y tranquila voz,
Capaz de sosegar a un fiero dragón,
Despiertas en mí la lujuria,
Algo de paz y un poco de amor.

Ojala y simplemente fuera cierto
Alguna palabra de estos viejos versos.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Intento de saber.


   ¿Quién soy? ¿Existo acaso? Son viejas preguntas que muchas veces han recorrido mi mente enferma. No tengo claro quién soy, aunque quizás sí. En cuanto si existo, supongo que sí, pues sino no estaría aquí.
   ¿Quién soy…? Pues quien voy a ser. La que me devuelve la mirada en el espejo. Aquella a la que no puedes engañar. O puede que sí.
   Mírame y dime que soy. No un ser normal, ni otro extravagante. No alguien alegre, pero tampoco triste.
   Mis ojos me engañan, mi mente se burla de mí, mis manos me muestran formas fascinantes y mis labios apenas saben moverse solos, salvo para escupir un par de desacertadas palabras. Entonces ¿Cómo puedo saber qué soy?
   Nada es verdad, todo está permitido, pero si todo es falso y nada está permitido, ¿Cómo conocer lo incierto y lo que no lo es?
   Necesito saberlo.
   ¿Quién soy? Soy yo, esa… Tú, aquella… May… Sólo un ser más. No, no sólo uno más. Quiero creer que soy un ser único, De considerable locura y mente abstracta.
   ¿Quién soy? May, Estoy loca y me encanta. ¿Por qué no?