jueves, 13 de octubre de 2011

El despertar


   “Soy el producto de un Dios un tanto errático… A veces diabólico…”
   Es lo primero que escucha esa persona al despertarse, tras una noche incomoda. Mantiene los ojos cerrados mientras apaga la deprimente alarma y tantea a ciegas la pared en busca del interruptor para encender la luz. Cuando el irritante destello anaranjado ilumina el desordenado cuarto, se quita de encima las sofocantes sábanas que acarician su piel.
   Arrastra con vagueza las piernas a un lado de la cama y las deja caer, al tiempo que hace un esfuerzo en levantar es resto de su cuerpo y ponerse en pie. Levanta los párpados lentamente mirando alrededor buscando los trapos que suelen cubrir su cuerpo y con una tranquilidad sorprendente y sin desperdiciar un solo movimiento se viste con lo primero que encuentra en el armario.
   Abre la puerta de madera, qué, lógicamente, se encuentra cerrada, y se dirige al baño. Con un bostezo profundo y aún medio dormida agarra el cepillo, entreteniéndose en desenredar el cabello sin ni siquiera mirarse al espejo.
   Termina y sube las escaleras del pasillo a oscuras saltando varios obstáculos. Abre una puerta repleta de cristales y otea el amanecer en el horizonte, con dos bolas peludas liándose a sus pies.  Se sienta de cara al este y el apático gato negro cambia de personalidad sólo para ella, tumbándose sobre sus piernas extendidas y haciendo un intento para ronronear. Mientras, el otro gatito, el más pequeñito romano, maúlla y ronronea con fuerza jugando con los cordones de los zapatos.
   El felino negro la mira directamente a los ojos de cuando en cuando con su hipnótica mirada verde llena de paz y un brillo de picardía muy impropio en los animales. Una lágrima solitaria e indomable escapa de los ojos de esa persona. El gato la mira y se acerca, quizás atraído por el aroma, quizás atraído por la pena. Acaricia  con su húmedo hocico su mejilla y con su áspera lengua lame la osada lágrima, bajo la sorpresa de ella.

Continuará...

1 comentario:

  1. por mucho que digan de que los gatos son unos pasotas, unos asquerosos y unos traidores, NO ES VERDAD. He vivido siempre entre gatos y son comprensivos como los que mas.
    Por cierto sigue existiendo mi mail por si cualquier cosa xD

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